La Biotecnología moderna es
la última tecnología estratégica del siglo XX. Sin embargo, hay que señalar que
ha existido una Biotecnología "tradicional" (o
"Paleobiotecnología") desde hace más de tres mil años, que ha
permitido al hombre hacer vino o cerveza, producir a partir de la leche, queso
o yogur, hacer pan o conservar carnes. Estas tecnologías basadas en la
experiencia y la tradición estaban relacionadas con la alimentación. Con la
aparición del conocimiento científico se perfeccionaron estos procesos y se
incluyeron otros como la mejora genética de animales y plantas y fue posible la
introducción de las vacunas y la producción económica de antibióticos.
La Biotecnología moderna se
define como "La utilización de organismos vivos, o partes de los mismos,
para obtener o modificar productos, mejorar plantas o animales, o desarrollar
microorganismos para objetivos específicos". Esta definición incluye la
Biotecnología tradicional y la moderna. La nueva Biotecnología incluye el uso
industrial de las técnicas de DNA-r, la producción y uso de anticuerpos
monoclonales, los bioprocesos, y más recientemente la ingeniería de proteínas.
Desde el comienzo, la
Biotecnología moderna ha sido considerada como una tecnología con implicaciones
muy importantes y de muy largo alcance.
En los años 70 y principios
de los 80 los científicos aprendieron a modificar genéticamente los organismos
vivos, y con ello nace la ingeniería genética y la biotecnología moderna. Esto
se debe al descubrimiento de la restrictasa (1970) por Hamilton Smith y Daniel
Nathans, enzima capaz de reconocer y cortar el DNA en secuencias específicas.
Gracias a esta nueva biotecnología, en 1982 se logra producir insulina para
humanos. Su nombre comercial es Humulina®, de la compañía Eli Lilly, y se
produce mediante clonación y expresión en E. coli. Un año después se aprueban
los alimentos transgénicos. El objetivo de dichos alimentos es la obtención de
una mayor productividad (mediante resistencia a plagas, por ejemplo) y la
introducción de nuevas características de calidad (mayor tamaño, mejor sabor…).
Finalmente, un hito que
merece resaltarse ocurre en 2003. Cincuenta años después del descubrimiento de
la estructura del DNA por Watson y Crick, se completa la secuencia del genoma
humano. Actualmente, la biotecnología moderna está siendo fuertemente explotada
en diversos campos como son la salud, la agricultura y agroindustria, la
fabricación y procesado biológico, la energía y el medio ambiente. Los mayores
logros se han conseguido en la salud humana, así están apareciendo cada vez con
más frecuencia nuevos fármacos y tratamientos médicos basados en las nuevas
biotecnologías.
Como ejemplo podemos citar
la producción de vacunas contra la hepatitis B y el descubrimiento de fármacos
anticancerosos de origen vegetal como el Taxol, que ha demostrado su eficacia
en el tratamiento de fases avanzadas de cánceres de mama y ovario. Por otra
parte, hay que señalar que la biotecnología comercial aparece a mediados de la
década de los 70, donde se crean las primeras empresas biotecnológicas en los
EEUU. Este país, líder en biotecnología, presenta una clara ventaja con
respecto a otros países en áreas como ingeniería genética, fármacos, productos
de diagnóstico y bioprocesos. Cuando se consigue un avance en biotecnología,
normalmente éste se traduce en un éxito económico, además del científico.
Según datos de 1997 en los
Estados Unidos hay unas mil trescientas compañías dedicadas a la Biotecnología,
que emplean a ciento cuarenta mil personas y tienen unos ingresos estimados de dieciséis
mil millones de euros, de los que invierten en investigación y desarrollo más
de ocho mil doscientos millones. En la Unión Europea se contabilizan para el
mismo año cerca de mil empresas que emplean unas cuarenta mil personas con unos
ingresos de dos mil setecientos millones de euros siendo su inversión en I+D de
mil novecientos millones anuales.
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